En el mundo existe una gran diversidad de actividades deportivas individuales, por ejemplo, en España, el running se ha convertido en el segundo deporte más practicado. Hay varios elementos que son fundamentales para que el número de personas que practican estos deportes se haya incrementado de una manera más que notable, y estos son: la motivación y todos los beneficios intrínsecos para la salud y el bienestar emocional que valoran todos ellos. Pero hay que añadir el elemento clave que ayuda a lograr los objetivos y estimular a la persona que van a practicar cualquier deporte, hablamos de la música.

La música forma parte de todas aquellas rutinas, sobre todo de la rutina mental. En el año 1902, Mcdougal demostró que el ritmo de la música influía en la ejecución de los movimientos. Así pues, muchas investigaciones garantizan que el uso de la música, tanto en terapias como en el deporte, aporta beneficios al cuerpo, influyendo en el rendimiento de la actividad hasta en un 15%, además de influir también en la capacidad creativa y en la movilidad y habilidad motora.

Ahora bien, a la hora de caminar o correr ¿Cuáles son sus principales ventajas?

Motivación extra

Caminar y correr a diario son actividades altamente beneficiosas para la salud, además de que siempre se trata de lograr nuevos objetivos y mejorar el aspecto físico, pero para alcanzar estas metas, es necesario un extra de motivación, el cual es capaz de ser otorgado por la música. Esto es provocado porque la música tiene efecto inmediato de hacer que una tarea sea más entretenida y logra crear la sensación de esfuerzo menor.

Estado de ánimo

La música es muy poderosa y es capaz de influir en las emociones, por lo tanto, es una gran aliada para aquellos días en los que el estado de ánimo está “bajito”, ya que ayuda a calmar la mente y relativizar las situaciones que han ocurrido en el día. Por otra parte, también influye en el ánimo del ejercicio, es decir, dependiendo del tipo de música que se esté escuchando, el ejercicio será más intenso o menos, ya que los ritmos altos crean sensación de euforia, y por otro lado, la música relajante provoca un efecto más calmado, ideal para cuando se acaba la actividad deportiva.

Suspende el tiempo

Escuchar música mientras estamos practicando algún deporte, consigue que no estemos pendientes del tiempo que en ese momento está pasando, por lo tanto, es capaz de crear unas nociones temporales que hacen que la energía se use de manera más eficiente, a la vez que aumenta la capacidad de concentración, ya que evade de distracciones externas.

Acompasa el ritmo

Como se ha comentado antes, dependiendo del tipo de música, es posible generar distintas sensaciones, así pues, se puede manejar al propio antojo, por ejemplo, si se va a realizar un ejercicio intenso, es recomendable escuchar canciones con una frecuencia más alta de los 165 pulsos por minuto, de modo que se incrementa el ritmo. Sin embargo, si la música tiene una frecuencia media de 160 pulsos por minuto o menos, se conseguirá mantener la constancia, y por ende, se llegará más lejos.

Mejora habilidades motoras

El cuerpo humano es capaz de sincronizar sus movimientos con la música, de modo que, siguiendo una pauta constante de entrenamiento y realizando ejercicios o gestos repetitivos, es posible mejorar la sincronización, disminuyendo así la sensación de esfuerzo y cansancio.

Y hasta aquí el post de hoy, desde Método Piecito queremos animarte llenar tu vida de ejercicios y hábitos saludables. Si tenéis alguna pregunta o queréis introduciros algo más en este tema podéis mandarnos un correo info@metodopiecito.com que nos encantará saber tu opinión.