¡Buenos días! Con motivo del día del niño, hemos decido escribir sobre los problemas en los pies en niños. Según el INE, el 42% de los niños presentan alteraciones a la hora de caminar, o pisar, esto resalta la importancia de la podología infantil, y la importancia de corregir estas alteraciones a edades tempranas, ya que, si no se corrige puede agravarse en el futuro.

Hoy, el tipo de problemas de pies en niños, o alteraciones, de las que hablaremos serán a nivel de alineaciones:

1.- Pies planos: se trata de la disminución del arco de la planta del pie. Existen diferentes tipos de pies planos. Según su tipología tendrá un tipo de tratamiento u otro. Por ello, necesario realizar valoraciones en edades tempranas de desarrollo, por parte de los profesionales, para detectar estos indicadores que diferencian si el pie plano es reductible o irreductible y actuar en consecuencia y de manera eficaz.


2.- Pie cavo: se trata del aumento del arco plantar, generando poca superficie de apoyo del pie en el suelo y un reparto no equitativo de las cargas del cuerpo. Suelen precipitar su sintomatología la práctica deportiva por los impactos que se producen, por ello, la mejor solución es tratar cuando antes para tener una vida activa. “El movimiento es salud”


3.- Pie valgo/varo: son alteraciones en la alineación del talón hacia dentro o hacia fuera. Un indicador que nos puede encaminar a la valoración, es el desgaste del calzado en la zona del talón y la deformidad del mismo. Aunque en algunos casos debido al poco peso de algunos niños se requiere una observación más minuciosa para detectarlo.


4.- Genu valgo/genu varo: se trata de las alineaciones de las piernas. En un post anterior hablamos del tema.


5.- Marcha de puntillas: ocurre cuando los niños caminan apoyando la parte delantera del pie. Hay diferentes grados, desde los niños que no apoyan los talones hasta los que lo apoyan en menor tiempo del que corresponde a las fases de la marcha.


6.- Marcha con las puntas hacia dentro: cuando el ángulo de la marcha está reducido, es decir, cuando la punta de los pies miran hacia dentro. Este tipo de marcha favorece que los niños se caigan frecuentemente. La valoración en esta alteración hay que hacerla a nivel de pie, rodilla y cadera, para detectar si el patrón rotador interno se da en un nivel u otro.