Educar a un hijo no siempre es una terea fácil y cómoda; son muchos los elementos que deben ser tenidos en cuenta y como estamos acostumbrados a decir no existen ‘’recetas mágicas’’. Parte del éxito radica en saber adaptarse a los imprevistos y a las particularidades de las dinámicas de nuestras familias.

Debido a la complejidad del proceso y de mantener una continua buena relación con los hijos, algunos padres y madres pueden requerir algún apoyo para mejorar la relación que tienen con los más jóvenes de la casa. En este post encontrarás un resumen de consejos a tener en cuenta que por lo general resulta útiles, aunque cada caso es único.

La buena relación entre padres e hijos no solo es el mejor vehículo para que los más jóvenes se desarrollen correctamente; además, es necesario para ser feliz en el ámbito familiar. Por ello, cuando surgen problemas de convivencia, comunicación y/o expresión de emociones, es necesario tomar medidas cuanto antes, por su bien y por el tuyo.

  1. Intenta no ser impositivo, dialoga con tus hijos. A la hora de comunicarnos con ellos, es mejor no dar opiniones cerradas, impositivas o directivas. Especialmente si los niños ya no son tan niños y tienen una edad. Dialoguemos con ellos, hagamos preguntas, incentivemos la reflexión conjunta, escuchemos los motivos por los que hicieron lo que hicieron y alcancemos acuerdos que nos dejen y les dejen satisfechos. La realidad es que la mejor forma de ayudar a nuestros hijos ante los conflictos es ayudarles a reflexionar, intentando comprender los motivos por los que actuaron de esa forma. Esto también ayudará a la relación que tenemos, ya que se sentirán escuchados y tomados en cuenta.
  2. Predica con el ejemplo. Es importante establecer una comunicación entre padres e hijos directa y clara con los temas que así lo requieran. Si nuestros hijos tienen la sensación o nos ven hablando de ellos, de nuestra familia y de cosas íntimas con otros, lo más probable es que se vuelvan reservados por miedo a que contemos lo que nos confían. Otro valor en el que se asienta una buena comunicación con nuestros hijos es la sinceridad. Es importante tratar de decir la verdad acerca de lo que pensamos, decimos y sentimos. Esto también implica cumplir con aquellos compromisos que adquirimos
  3. Prioriza el tiempo con tu hijo. Asume que para crear una buena relación entre padres e hijos es necesario dedicar tiempo y esfuerzo. La calidad del tiempo es un mito, porque no hay un interruptor que se pueda encender para marcar la cercanía con los más pequeños. Imagina que dedicas todo tu tiempo a trabajar, si un día reservas una cena en un sitio romántico con tu pareja, a la que prácticamente no has prestado atención en los últimos seis meses. ¿Crees que va a compartir su alma contigo? Probablemente, no.
  4. El respeto debe ser mutuo. Puede parecer bastante obvio, pero la verdad es que a veces este aspecto pasa desapercibido. Puedes marcar límites de forma respetuosa y empática, para que el niño aprenda a tratar a los demás con respeto y paciencia, con el objetivo de ser tratado de la misma forma. Hay que tener en cuenta el tono y las palabras que elegimos para comunicarnos con ellos.

Y hasta aquí el post de hoy, recuerda que con los consejos que os ofrecemos desde Método Piecito, intentamos ayudaros a tu familia y a ti. Si tenéis alguna pregunta sobre este tema, o queréis realizar algún comentario o propuesta podéis mandarnos un correo a info@metodopiecito.com