Casi con total seguridad, todos reconocéis que la natación es una de las actividades físicas más completas, y es que, mientras nadamos ejercitamos de forma directa la musculatura dorsal, pectoral, deltoides, tríceps, bíceps, redondo mayor y trapecio; pero, de forma indirecta, estamos trabajando, también, la musculatura abdominal, los glúteos, intercostales y cuádriceps. Además, con este ejercicio también estamos trabajando la coordinación motora y el sistema circulatorio y respiratorio. Todo esto, reportado a los niños les servirá, también, para desarrollar su independencia y autoconfianza.

Porque sí, nadar no entiende de límites de edad, es bueno para todas las personas, pero sobre todo para los más pequeños. Muestra de ello es que cada vez esté más de moda la natación para bebés o la “matronatación”, ofreciéndoles así desde los primeros meses de vida la oportunidad de desarrollar sus habilidades motoras o de reforzar sus reflejos.

Los niños presentan una coordinación motora que se encuentra en proceso de desarrollo, por lo que la natación les servirá como herramienta para entrenarla a través de la realización de diversos ejercicios enfocados a aumentar la resistencia física y la capacidad respiratoria de los peques, lo que desembocará en una estimulación total de su motricidad.

Pero, ahora bien, entre los beneficios más destacados que podemos observar en los más pequeños después de su contacto con el agua, son:

Beneficios físicos

Fomentará la dilatación de los vasos sanguíneos y activará su circulación sanguínea, lo que significará una mejora en el trasporte de oxígeno por todo el cuerpo; aumentará la capacidad del tórax, mejorando así sus capacidades respiratorias. Fortalecerá sus funciones cardiacas, desarrollará los músculos y la movilidad de sus articulaciones. Todo ello, significará un refuerzo del sistema inmunológico.

Beneficios en el campo de la natación

La toma de contacto desde temprana edad con el medio acuático hará que se familiarice antes con él, dominando así su respiración en la misma, la flotación y las capacidades de desplazamiento dentro de esta.

Beneficios psicológicos

El contacto con el agua, así como los movimientos que se producen en esta serán claves para la estimulación de áreas cognitivas, mostrarán un importante beneficio en el ámbito de la forma en la que se relaciona en sociedad el niño y, como no, para su desarrollo motor. Además, la autoestima de los peques se verá favorecida, aumentará su coeficiente intelectual y favorece la relajación.

Beneficios referentes a la seguridad del niño

Un contacto temprano con un medio como es el acuático, hará que tu peque comience a desarrollar de forma rápida esas habilidades de supervivencia intrínsecas de la especie humana y, además, cuando vayas a la playa o la piscina podrás estar pendiente, pero mucho más tranquilo, ya que disminuirán los riesgos de accidentes en estas.

En definitiva, llevar a cabo determinadas rutinas de natación con vuestros peques, así como mantenerlos en contacto con un medio diferente al que en situaciones normales desarrollarán su vida, como es el agua, casi desde le cuna; le reportará una gran cantidad de beneficios que les permitirá desarrollar grandes capacidades tanto físicas como sociales desde temprana edad, lo que, sin lugar a dudas, les permitirá realizarse en un futuro de manera totalmente plena. Así que, ¡al agua!

Y hasta aquí el post de hoy. Recuerda que con los consejos que te ofrecemos desde Método Piecito intentamos ayudarte intentando hacer que todo aquello que no sabías lo pongas en práctica para mejorar tu salud y la de aquellos a quien más quieres.  

Si tenéis alguna pregunta sobre este tema, o queréis realizar algún comentario o propuesta podéis mandarnos un correo a info@metodopiecito.com